Dicen
que el gobierno pastoral de una diócesis se refleja en la manera en que
la cabeza lo lleva a cabo, en este caso, si el obispo gobierna bien, la
diócesis estará bien, si el obispo es Santo habrá aumento de las
vocaciones al sacerdocio, si el Obispo mantiene un sano equilibrio,
entonces la diócesis caminara con sus luces y sombras pero de una manera equilibrada.
Parece
que esto no es así en lo que a Tijuana respecta, que si bien por sus
características de ser una Arquidiócesis (elevada a ese rango el 25 de
noviembre de 2006) fronteriza con sus múltiples problemas pareciera que
la situación de su Obispo y presbiterio va de mal en peor. Y es que con
todas las problemáticas mundanas que una ciudad fronteriza puede tener también en Tijuana se abre paso a los problemas religiosos, y no necesariamente a los de la evangelización de los fieles sino a los problemas que de alguna u otra manera emergen de los mismos actores eclesiásticos: el Presbiterio y su Obispo.
La problemática que actualmente enfrenta Tijuana con su presbiterio no se hizo de la noche a la mañana, tiene sus orígenes.
El nombre de Diócesis de Tijuana no se le dio hasta el 13 de julio de 1963. Ya que antes se le llamo Vicariato Apostólico de la baja California, en diciembre de 1939 llego Mons. Felipe
Torres Hurtado quien apoyo con la titánica evangelización de dichos
territorios, los cuales fueron erigidos en 1874, ya en 1957 se le nombro Vicariato Apostólico de Tijuana, desmembrándole el territorio de la Baja California Sur para convertirlo en Vicariato también.
Su
primer Pastor fue don Alfredo Galindo y Mendoza, misionero del Espíritu
Santo, oriundo de Ciudad Guzmán. Con todas las expectativas, alientos y
desalientos que una naciente Diócesis pudiera tener, este maduro Obispo
(contaba con casi 70 años cuando fue elegido) se lanzo a la
evangelización de esas tierras inhóspitas que existían en esos lugares tan
lejos de Dios pero tan cerca de los Estados Unidos. Así empezó la
odisea evangelizadora donde muchos misioneros anteriormente
contribuyeron a la evangelización de esas tierras, entre ellos,
jesuitas, franciscanos, misioneros del Espíritu Santo, dominicos, entre otros.
Después de Don
Alfredo Galindo le sucedieron Juan Jesús Posadas Ocampo, Emilio Berlie
Belauzaran y el actual Arzobispo Rafael Romo Muñoz. El parte aguas de la
situación actual de Tijuana viene a darse durante la gestión del Obispo
Emilio Berlie, hoy Arzobispo de Yucatán.
El episcopado de Posadas sentó las bases para una diócesis estructurada y misionera. Posadas, con su sencillo carácter que lo caracterizaba logro poner las bases espirituales de la Diócesis, tal como el verdadero Pastor que Tijuana necesitaba, eran tiempos difíciles, tiempos en que los Carteles más poderosos de la droga en México empezaban a hacer de las suyas, en esa pujante frontera mexicana. La labor
episcopal solo duro 12 años, de 1970 a 1982, para después tomar otra
diócesis más difícil: Cuernavaca, bastión del llamado Obispo Rojo Don Sergio Méndez Arceo.
Quien
Sucedió a Posadas fue un hijo putativo de Prigione, conocido en la vida
eclesiástica como uno de los Prigione boys, ese grupo de sacerdotes
después ordenados Obispos que fueron propuestos por el ex nuncio para influir en el Episcopado Mexicano.
Con Berlie las cosas estuvieron calmadas, el crimen organizado hacia de las suyas pero el flamante
y joven Obispo de Tijuana (fue nombrado a los 43 años) solo se dedicaba
a anunciar el Evangelio, a los más ricos y poderosos, con quienes
afianzo un estrecho lazo de amistad, que perdura hasta la actualidad.
Las relaciones entre la Iglesia y el Estado local eran fuertes y firmes, muchos veían en Berlie un Obispo extraído de las altas alcurnias, debido a su fisonomía, su elegante caminar y sus raros apellidos. Pero no es así, nacido en Aguascalientes
y de una familia no de alcurnia cortesana sino de negocios, supo
ganarse con su carisma y su facilidad de hablar a sus superiores, mismos que lo enviaron a estudiar a Roma, a su regreso trabajo en la formación de seminaristas. Lo que quiere decir que es casi nula su experiencia pastoral en parroquias, otro pastor de escritorio.
En
fin, Berlie siempre se distinguió por su amplia experiencia en las
relaciones publicas, en la pagina del Episcopado Mexicano (ver aquí) aparece
como uno de sus mas grandes logros el haber invitado a varias
personalidades de la iglesia universal entre los que destacan los
Cardenales Baggio, Mahony y Bernard Law, visto esto como “logros
Pastorales durante su estancia en Tijuana”. Lo que si no se destaca es
que el avance de las sectas durante su episcopado creció bastante, el
número de Sacerdotes con doble vida aumento, los casos de pedofilia
también. Y lo mas importante, la relación con hombres ricos se hizo
latente.
Durante el Episcopado de Berlie podemos decir que se distinguió por llevar una política pastoral de laissez faire, laissez passer, eso mismo le permitió trabar las relaciones necesarias con los hombres y mujeres que manejaban el ajedrez político en Tijuana.
Necesitaba de alguien que conociera la realidad de la diócesis, alguien que inspirara respeto y autoridad, solamente así podría dejarle semejante encomienda. El nombramiento recayó en nada más y nada menos que en el Padre Sergio de la Cerda, sacerdote de la diócesis y amplio conocedor de la situación que vivía Tijuana. Durante muchos años el Padre Sergio ostento el
cargo de Vicario General, cargo que después del de Obispo goza de un
poder y una influencia en la diócesis. Además el Padre Sergio contaba
con el cargo honorario de Protonotario apostólico. Éste es el título honorífico de mayor rango que puede conceder un Pontífice.
La
creación de dicha distinción fue instituida entre los siglos III y IV
para que las personas que ostentaran este cargo escribieran las hazañas
de los mártires y las actas de la Iglesia. Más tarde, las personas que
recibieron el nombramiento desempeñaron otro tipo de labores, la mayoría
de carácter diplomático, judicial y administrativo, hasta que Pablo VI
decidió integrar a los Protonotarios en la Familia Pontificia y
entregarles el título a las personas que destacasen por su extensa labor
apostólica. Curiosamente el uso de insignias
episcopales fue suprimido en 1969, esto quiere decir que un Protonotario
apostólico no puede usar, ni pectoral ni mitra y mucho menos báculo,
desde esa fecha. Y nos dicen fuentes de aquella Arquidiócesis que Sergio de la Cerda, aun usa Mitra en ciertas celebraciones, que cosas no?
No
podemos culpar del todo al Arzobispo Rafael Romo de su incapacidad para
gobernar su Arquidiócesis, más bien quiero pensar que, el Presbiterio
de Tijuana está viciado, y hace falta un Arzobispo que tenga los
pantalones puestos y de un carácter fuerte y mano dura. Y que
actualmente la situación del Presbiterio es caótica, por un lado un
Presbiterio que no se somete al Obispo, por otro un considerable número
de Sacerdotes que han dejado el ministerio en los últimos 5
años, grupos de poder concentrados y liderados por algunos Sacerdotes
con titulo de Monseñor, que muchas veces tienen más influencia que el
propio Obispo y por otro lado 3 Sacerdotes en donde últimamente
se está concentrando el poder, el Vicario General llamado Juan García,
el Secretario Canciller Antonio Beltrán y el Rector del Seminario
Eduardo Ortiz quienes con sus ansias de poder y control se reparten el
control de la diócesis influyendo en el débil Arzobispo,
este comentario ha sido hecho a S&P por algunos Sacerdotes de
aquella Arquidiócesis del norte de México.
Hace
unos días las noticias dieron a conocer la muerte de un Sacerdote de
esa Arquidiócesis, llamado Salvador Ruiz, quien al principio se reporto
como desaparecido y después fue encontrado mutilado y medio calcinado en
un lote baldío, los medios y la policía aseguran, contrario a lo que la
Iglesia y la gente dice, que se encontraron en su casa discos y
material con pornografía, pero argumentan que esta fue sembrada.
En menos de 5 años es el segundo asesinato violento de un Sacerdote en esta arquidiócesis
fronteriza, en 2005 asesinaron en un lugar de mala muerte a las 5 de la
mañana al Sacerdote Luis Velázquez, quien además era juez de tribunal
eclesiástico, y se sospecha que no llevaba una vida muy Santa.
Hay
más casos para rematar como la situación de los Sacerdotes gays y con
amantes, con concubinas, de sacerdotes que acuden a servicios sexuales
tanto de hombres como mujeres, o de sacerdotes que van y cobran
celebraciones de misas en parroquias de las diócesis fronterizas de
Estados Unidos. Y el caso más reciente del cura de Rosarito, Raymundo
Figueroa, que sin bien es una acto de rebeldía, en algunos
puntos tiene razón, sobre todo por la ingerencia del Vicario Episcopal y
del Canciller, proponiendo a arzobispo acciones no tan evangélicas.
El
caso que Tijuana con todas sus venturas y desventuras ya le hace falta
un cambio, y este debe empezar por la cabeza, donde es importante que
llegue alguien con fuerza, autoridad, decisión y determinación. Al actual arzobispo le quedan 5
años de trabajo en activo, pero todo puede suceder, o la Santa Sede,
quien ya tiene un informe detallado de lo que está pasando, le envía un
Arzobispo coadjutor, o lo cambia y nombra un nuevo Obispo.
* Este articulo fue publicado en Santa & Pecadora en mayo de 2011.
* Este articulo fue publicado en Santa & Pecadora en mayo de 2011.