Según los conocimientos, competencia y posición de que gozan, los fieles tienen el derecho e incluso a veces el deber de manifestar a los Pastores su opinión sobre cuestiones que pertenecen al bien de la Iglesia, y también tienen derecho a hacer conocer su opinión a los demás fieles cristianos , con el debido respeto a la integridad de la fe y la moral y a la reverencia hacia sus pastores, y con la consideración por el bien común y la dignidad de las personas. [CIC, Codex Iuris Canonicus (1983), Can. 212, § 3.]

sábado, 16 de agosto de 2014

EL SILENCIO DEL ARZOBISPO DE TIJUANA



El Presbiterio de Tijuana cree saber todo y a la vez no sabe nada. Parece que la relación del Arzobispo con su Presbiterio cada día se torna distante y callada. Lo que saben la mayoría de los Sacerdotes es gracias a los comentarios que el Arzobispo hace tan solo con algunos curas, o con el chofer o el jardinero  de la situación que vive Tijuana.

Si algún Sacerdote de la Arquidiócesis  quisiera saber algo, es fácil escucharlo de la viva voz del Arzobispo,  invitándolo a la comunidad puede ser una buena idea para conocer de cerca lo que el Arzobispo piensa, y este sacerdote a su vez lo comenta con algunos  laicos y compañeros Sacerdotes.

Pero ¿por que a estas alturas el Arzobispo  no se ha reunido con su Presbiterio y les ha dicho la verdad de lo que sucede?,  ¿Por qué  en reuniones pasadas no ha querido tocar el tema? O si lo ha tocado ha sido muy escueto y evasivo.

El silencio del Arzobispo es evidente, solo la información necesaria se mezcla en su lobby, su  grupo que entre ellos se tapan sus pecados. Acaso será que el Arzobispo esta  esperando con ansia el día en que llegue de Roma su jubilación para olvidarse de todo lo malo que ha hecho con su falta de decisión, su carácter débil y sus imprudencias. Puede ser, quizá se vaya a Torreón  y vivir plácidamente con los dineros que algunos Sacerdotes de Tijuana le han regalado, o quizá a disfrutar un buen Whisky.