Ackerman, ¿Víctima? |
Juan Carlos Ackerman Ayon es un Sacerdote del clero de Tijuana perteneciente a una familia “influyente”
de la zona, y digo influyente por que así han manejado esa imagen.
Carismatico, alegre, sincero y con un liderazgo nato son
sus cualidades, que desde niño se le
conocen. Quienes lo conocen desde la secundaria podrán dar fe de su gusto por
los hombres, algo que logró ocultar
durante su formación en el Seminario.
En Tijuana los Ackerman son conocidos, y vaya que
conocidos, ya que son tres lo que comparten la vida publica de un apellido
rimbombante, dos son Sacerdotes, y un político, que fue delegado de la Secretaria
de Economía. De los Sacerdotes son conocidos en el clero como el joven y el
viejo, quien también tiene
un historial negro de amoríos, pero no con hombres sino con mujeres.
Juan Carlos Ackerman Ayón
fue ordenado Sacerdote en 1995. Ha estado en varias parroquias, las dos
ultimas en Santo Toribio Romo y ahora en la Medalla Milagrosa en Tijuana.
Las andanzas sexuales de Ackerman Ayon no son de uno o dos años, lo acompañan toda
su vida. El Arzobispo Romo Muñoz ha sabido por boca de laicos, religiosas y
hasta Sacerdotes lo que ha pasado con este
y otros Sacerdotes, ¿pero que ha hecho?, nada, solo protegerlos y
encubrirlos.
El caso Ackerman
va mas allá de un supuesto secuestro en el cual hasta las mismas autoridades gubernamentales están
involucradas, por el peso que tiene este Sacerdote en la comunidad tijuanense.
A Ackerman Ayon le
gustan los chicos, mientras mas guapos, delgados y blancos mejor, en las declaraciones que vertió el supuesto ladrón del Padre Tenorio en la Iglesia de la
Asunción contrasta con otros testimonios de
victimas que por miedo no denuncian. Adrian Zavala Durán es un testigo
de todo lo que hacían Ackerman y Tenorio
en las instalaciones de la Iglesia de la Asunción y que el mismo Arzobispo
tiene conocimiento de ello. Orgías con menores de edad y jóvenes drogados.
En la declaración enla fiscalia con el número de folio 787/213 Juzgado 4 de lo penal en Tijuana con fecha 21/3/2014 el testigo afirma: “Había veces que los
mismos que llegaban ahí con el padre y le llevaban menores de edad, y los
metían al cuarto con él y el padre les traían cosas del otro lado. Después el
padre llevaba los menores de edad a la casa de padre Juan Carlos Ackerman y en
ocasiones el padre Ackerman venía a la iglesia del padre Enrique tenorio. Los
menores de edad, casi todos eran hermanos de los malandros que llegaban ahí,
alguno que otro solo era amigo, algunos niños el padre les decían que se los llevaran
porque se miraban asustados y no quería que fueran a decir algo”.
La situación es tan delicada que el mismo Arzobispo ha tratado de calmar la situación. Hay
testigos de lo que sucedía entre estos dos sacerdotes, principalmente Ackerman
quien mantenía relaciones sexuales con niños, adolescentes y jóvenes.
Si las autoridades se dedicaran a investigar a fondo, este
aberrante caso de los Curas pedófilos se sorprenderían mucho.
Y para el colmo este sacerdote montó su teatro del
supuesto secuestro, que en realidad fue por que el supuesto victimario no quiso
tener relaciones sexuales con el y con otro Sacerdote. Ahora predica el amor,
el perdón y se ha vuelto el paladín mediático de los que fueron víctimas de secuestro, una mentira mas
de la vida de este Señor, que lamentablemente es Sacerdote.
Señor Arzobispo Rafael Romo Muñoz, ¿Por qué no atiende
estos casos?, ¿Por qué no pone orden en su diócesis?, o ¿acaso usted también se beneficio de algo? Y por eso calla.
Estimado lector, no hay por que asustarse, si orar, para
que salga a la luz todo esto, Dios tiene que mover el árbol para que los frutos
podridos caigan, aunque le pese al Arzobispo y diga que están atincando a su arquidiócesis. A Tijuana
le urge una intervención directa del Vaticano ya!.