El número de
seminaristas ha disminuido en los
últimos años. La promoción vocacional de la arquidiócesis aunque ha tratado de hacer su trabajo se ha dado cuenta que los jóvenes no les
interesa la vida sacerdotal. Uno de los factores importantes es el testimonio
de los Sacerdotes, que no motiva a ingresar. Y otro factor importante es que ya
estando dentro del Seminario se dan cuenta de la situación que se vive dentro.
El Obispo siempre ha
manifestado por tener cantidad, más que calidad en el Seminario, pero no ha
podido mantener un Seminario digno de ejemplo en toda la región. De por si el
Seminario de Tijuana ha tenido una mala
fama a nivel nacional, ahora está en la decadencia.
¿Quién es el culpable
de esta situación que vive el corazón de la Diócesis? El Obispo, quien con su
mediocridad, su falta de liderazgo, su carácter débil no ha podido, no ha
sabido, es mas no ha hecho nada por mejorar la situación que vive esta Iglesia
particular.
La situación que vive
Tijuana es tan delicada que urge atraer la atención del Vaticano, tal como lo están
tratando de hacer un grupo de laicos, para que se intervenga, al Obispo se le
destituya y se empiece a hacer una limpia de todo el presbiterio, sobretodo en
el Seminario, en la Curia y en una que otra Parroquia.